Curas dicen desorden trastorna los barrios

Los sacerdotes católicos Abraham Apolinario, Miguel Amarante, Nelson Acevedo y Pedro Vásquez, durante su participación en el almuerzo demanal del Grupo de Comunicaciones Corripio. Al centro, el periodista José Monegro. José de León

Cuatro sacerdotes católicos deploraron ayer cómo los altos niveles de violencia, la pérdida de valores, el microtráfico, el crimen  y el desorden trastornan la vida de los ciudadanos en los barrios de la capital ante la mirada indiferente de las autoridades llamadas a controlar esos males.

El tema fue expuesto Abraham Apolinario, vicario general de la Arquidiócesis de Santo Domingo; Miguel Amarante, vicario general de Pastoral y párroco de la parroquia Santa Cecilia del residencial José Contreras; Nelson Acevedo, de la parroquia Santo Cura de Ars, del sector Capotillo y Pedro Vásquez de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, del ensanche La Fe.

El sacerdote Nelson Acevedo, párroco parroquia Santo curas de Ars, del sector Capotillo se quejó la violencia, la pérdida de valores y el microtráfico que impera en ese barrio de la capital/Foto José de León.El sacerdote Nelson Acevedo, párroco parroquia Santo curas de Ars, del sector Capotillo se quejó la violencia, la pérdida de valores y el microtráfico que impera en ese barrio de la capital/Foto José de León.

Indicaron que en los barrios hay destacamento de la Policía Nacional, pero consideran que sus agentes no hacen nada contra ese estado de cosas.

Manifestaron que no debe ser  posible que adolescentes de 15 años frecuenten en horas de las madrugadas bares y discotecas de la parte alta de la ciudad sin que ninguna autoridad intervenga para evitarlo.

 Indicaron que el ruido estrepitoso en los barrios no deja descansar a la gente que trabaja, sin que las autoridades intervengan.

Piden orden

 “Las instituciones llamadas a poner orden no ponen orden”, expresaron los religiosos durante su participación en el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio.

A person speaking into a microphone

Description automatically generatedEl sacerdote Abraham Apolinario, vicario de la pastoral Social/Foto José de León

El sacerdote  Nelson Acevedo dijo que es casi imposible la vida en la calle 42 del sector Capotillo y los barrios aledaños a la calle Nicolás de Ovando y la avenida Duarte, debido al ruido, los robos y el desorden.

“Ese ruido es constante, los siete días de la semana y, entonces, la gente de trabajo no puede descansar”, puntualizó.

Robos sin castigo

Citó el caso de  la calle Albert Tomas, donde  las adolescentes con menos de 15 años proliferan en horas de la noche por los centros de diversión.

 El religioso  contó que ha sido víctima de varios robos en su vivienda, ubicada en la Nicolás de Ovando con Duarte, y que pese a presentar imágenes captadas con cámaras que tiene instaladas, los responsables nunca han sido apresados.

“La violencia es otro dolor de cabeza. Todas las semanas mueren cinco y seis personas por el problema de la violencia porque es un teteo permanente”, precisó.

A group of men standing together

Description automatically generatedInvitados al Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, los sacerdotes Abraham Apolinario, vicario de la pastoral Social; Miguel Almarante, Nelson Acevedo y Pedro Vásquez./Foto José de León

En otros barrios

 Los sacerdotes que están en contacto permanente con la vida en los barrios,  expresaron que esos casos se extienden a otros sectores  de la capital, donde reside una juventud que parece incontrolable.

En el residencial José Contreras, por ejemplo, los vecinos no pueden conciliar el sueño y ni siquiera escuchar el timbre de los celulares por los estruendos de la música y hasta por los manoplazos de los juegos de dominó.

En el ensanche La Fe. la imprudencia  y los ruedos provocados por los motoritas intranquilizan a sus habitantes.

Sobre el tema, Apolinario expresó que “hay un desprecio que se ha hecho cultura, el motorista desprecia su vida, y la sociedad desprecia la vida del motorista y si seguimos así vamos obviamente a mantener el récord de muertes en proporción a la población más alta del mundo”.

En otro orden, los sacerdotes rechazaron las repatriaciones de haitianos en medio de la crisis política, económica y social que vive su país.

Misas en creole para haitianos Los sacerdotes  Abraham Apolinario, vicario general de la Arquidiócesis de Santo Domingo; Miguel Amarante, vicario general de Pastoral y párroco de la parroquia Santa Cecilia del residencial José Contreras; Nelson Acevedo, de la parroquia Santo Cura de Ars, del sector Capotillo y Pedro Vásquez de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, del ensanche La F, favorecieron que las iglesias católicas del país oficien misas en Creole y otros idiomas para los extranjeros que residen en el territorio dominicano. Indicaron que los haitianos también son muy religiosos y participan en las misas y necesitan entender su contenido.

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