Eva Arias vive la maternidad un día a la vez, dándose el permiso de fallar, pues sabe que esta no es perfecta, pero es la aventura más hermosa que ha estado viviendo desde el nacimiento de sus pequeños Matías y Milán.
Además de mamá, es esposa, actriz, comunicadora, conductora del espacio radial “The Morning Beat” y podemos agregar, casi “súper mujer”, pues se levanta firme y preparada para lograr el equilibrio en cada uno de estos aspectos, lo cual no es nada fácil.
“Somos un equipo y como siempre digo: podemos con todo!! Y dentro de ese todo está el no lograrlo, y dormir con la esperanza de que mañana tendremos una nueva oportunidad” manifestó a Qué Pasa!
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Es notable cuando el amor comienza a burbujear para rebozar su corazón, ¿Cuándo ocurre esto? Cuando habla de sus niños. Para ella cada salida del Sol es una oportunidad más de regalarles la mejor madre que puede ser, por lo que disfrutar de los pequeños y grandes acontecimientos de ellos, por quienes iría “Al infinito y más allá”, sin miedo a nada; es su momento favorito.
Dice que la maternidad ha sido su mayor maestra, y la ha convertido en la mejor guerrera, a un nivel que lo que antes la hacía débil hoy ni existe, porque sus hijos la han hecho más fuerte que nunca, pues cuando se trata de ellos nada la intimida.
“Mi historia ha sido muy distinta a la que soñaba. Pero que sea distinta no significa que no haya sido el regalo más bello que Dios me haya dado. Si volviera a nacer mil veces, mil veces quisiera ser la mamá de Matías y Milán”, destacó la también mamá azul, quien está segura que no fue escogida por casualidad, y que tiene un propósito que va mucho más allá.
“Aprendí a ocuparme antes que preocuparme, y a prepararme para ser la mamá leona que luchará por su hijo ante una sociedad que aún no está lista para la diversidad”.
Fuerte, decidida, consciente que la maternidad no es totalmente color de rosa, y que es lo mejor que le ha pasado en la vida, pero de ¿Quién lo aprendió? Pues, detrás de una mamá fuerte hay una madre con décadas de experiencia, agarrándole la mano, pues su trabajo nunca termina.
“He tenido la dicha de tener una madre maravillosa. Con tantas cualidades que yo aún no logro alcanzar. Pero recuerdo que mi madre siempre me enseñaba la importancia de hacer las cosas desde el amor. Decía que ese era el mejor ingrediente para cualquier receta. No siempre lo logro, soy mucho más estricta que ella. Pero cuando uno de mis hijos se encuentra en una situación en la que no logra manejar adecuadamente sus emociones, me aparto con él, me bajo, lo miro a los ojos y trato de transmitirle todo mi amor. Siempre funciona y resulta ser el portal perfecto a una buena conversación de gran aprendizaje para los dos. Cada vez que hago eso, pienso que es algo que ella hubiera hecho” expresó.
